El testimonio de Ojeda será importante, porque ella era una de las que habitualmente visitaba a Diego en la internación domiciliaria en San Andrés, de Tigre. Jana, una de las hijas, contó la semana pasada en su declaración cómo estaba la casa, cómo era el estado físico y de ánimo de su padre. Otro dato importante es que aseguró que el equipo médico a cargo del tratamiento les pidió a los familiares que no se acercaran a Maradona durante sus últimos días para “no molestarlo”.

Las declaraciones de la familia reforzarán la teoría de la Fiscalía y los abogados querellantes en su acusación, quienes afirman que Maradona estaba en una situación delicada desde hace tiempo y que su historial de salud era información de público conocimiento, por lo que los médicos a su cargo tuvieron que haber proporcionado una mejor atención.

Tanto Verónica Ojeda y las 3 hermanas de Diego que declaran hoy, ya habían estado presentes el primer día del proceso judicial. Pero no habían podido volver porque al estar citadas como testigos, tenían prohibido presenciar otras declaraciones. Además, Verónica había tenido un enfrentamiento ese día con dos de los siete acusados en la causa: Leopoldo Luque (neurocirujano) y Agustina Cosachov (la psiquiatra), a quienes les dijo "perra malparida” cuando se la encontró en la escalera de ingreso a la sala de debate y “Forro, hijo de puta, sorete”. Ese incidente tuvo que ser intervenido por las autoridades del tribunal y la policía, quienes la alejaron para calmar la situación.

Hoy Ojeda no se cruzará con la psiquiatra y el neurocirujano. Avalados por la ley, ambos decidieron junto a sus abogados que asistirán solo a las jornadas que sean necesarias.