Desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre, su equipo reporta haber recortado 33.291 empleos en el sector público, como parte de una estrategia de austeridad fiscal. El ministro Federico Sturzenegger, responsable de este ajuste, compartió en redes un gráfico que muestra la reducción mes a mes, detallando que 20.026 bajas fueron en la administración central y descentralizada, 2.251 en fuerzas de seguridad y 11.014 en empresas estatales.

Sturzenegger justificó estos despidos como un paso necesario para bajar impuestos en el largo plazo: “La única manera sustentable de bajar la carga de impuestos es bajando el gasto público. Todo el equipo del presidente Javier Milei trabaja para ello”. Esta política forma parte de una serie de medidas impulsadas por el gobierno para alcanzar el equilibrio de las cuentas fiscales y encauzar el déficit.

El impacto en las arcas públicas es uno de los objetivos más importantes para la administración Milei, que busca disminuir la presión tributaria sobre los ciudadanos y fomentar un sector privado más robusto. La reducción en el empleo estatal, según el gobierno, también apunta a un uso más eficiente de los recursos en pos de lograr mayor transparencia en las cuentas públicas.

No obstante, esta medida también trae consigo críticas de sindicatos y sectores opositores, que consideran que los recortes afectan servicios esenciales. En respuesta, el gobierno asegura que los recortes están focalizados en áreas administrativas y no en personal operativo clave.

Esta política de achicamiento estatal parece proyectarse como una constante en la gestión de Milei, con la promesa de continuar recortando gastos.