El consumo de carne vacuna en Argentina bajó a 46,2 kilos anuales por habitante, su nivel más bajo desde 1996. Según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes, esta caída responde a los altos precios internos, que aumentaron un 120% en un año, y al cambio de hábitos alimenticios, con más preferencia por pollo y cerdo.

Mientras el mercado interno retrocede, las exportaciones crecieron un 12% interanual entre enero y octubre, con 784.000 toneladas res con hueso enviadas al exterior. En septiembre se exportaron 60.200 toneladas, un récord desde 2020.

China sigue siendo el principal destino, aunque su participación cayó al 68,4%, mientras que Israel y Estados Unidos aumentaron sus compras en un 10,1% y 40,9%, respectivamente. El precio promedio por tonelada exportada subió un 8,4% en septiembre frente a agosto, aunque sigue un 7,6% por debajo del año anterior.

La producción local mostró una recuperación moderada, pero los salarios deteriorados por la inflación impiden un repunte en el consumo interno. Expertos advierten que no hay señales de mejora inmediata y que las exportaciones seguirán liderando el sector.

El futuro del mercado interno dependerá de medidas económicas que impulsen el poder adquisitivo. Sin embargo, el impacto sería a largo plazo, lo que genera incertidumbre para productores y consumidores.