El Congreso de la Nación tratará en sesión un proyecto que propone modificar el huso horario oficial del país, estableciéndolo en -04 GMT. La iniciativa, impulsada por el diputado mendocino Julio Cobos, busca atrasar una hora el reloj en todo el territorio nacional y genera un intenso debate sobre el impacto en la vida cotidiana y la economía del país.

El objetivo del cambio, según el proyecto, es alinear el horario con la luz solar y reducir el consumo de energía eléctrica, en medio de un contexto internacional marcado por la volatilidad de los precios energéticos debido a conflictos en Medio Oriente y la guerra en Ucrania. La propuesta enmarca a Argentina en el sistema internacional de husos horarios, que establece -04 GMT para las regiones más occidentales del país.

Actualmente, la hora oficial en Argentina está en -03 GMT, una modificación establecida en 1969 tras múltiples cambios relativos a políticas de aprovechamiento de la luz solar. Los antecedentes normativos muestran la alternancia entre -02, -03 y -04 GMT en diferentes momentos, reflejando la falta de una política sostenida para definir el huso horario nacional. La ley 26.350, en 2007, implementó cambios estacionales que ahora están en suspenso, dejando en evidencia la ausencia de un criterio estable.

El fondo del proyecto sostiene que atrasar una hora ayuda a aprovechar mejor la luz solar en la mañana y reducir el uso de electricidad en la tarde, siguiendo estudios técnicos y científicos. La directora del INAHE del CONICET Mendoza, Andrea Pattini, respaldó la iniciativa señalando que el mal alineamiento con el ciclo natural de luz y oscuridad provoca mayor consumo energético, por lo que este ajuste generaría ahorro en la demanda eléctrica.

Quienes apoyan la propuesta también vinculan el tema al Mercosur, ya que buscan coordinar los husos horarios con países vecinos, especialmente Brasil, para facilitar operaciones bancarias, logísticas y comerciales. La implementación del -04 GMT implicará cambios inmediatos en la rutina diaria, afectados horarios escolares y de trabajo, y requerirá una adaptación, aunque se estima que en el mediano plazo esos ajustes aportarán beneficios en eficiencia energética y mejor aprovechamiento lumínico.